viernes, 29 de enero de 2010

¿País pobre?

De camino a Delmas 33 escuchábamos la radio en el coche –Radio FM, Jamais Sans Vous– y por un momento, por la luz, el calor, el color de la ciudad, de la piel de las personas y la música, pensé que podría tratarse de una estampa africana, si no fuera por la sensación de soledad compartida que transmite la mirada de los transeúntes. Creo que en el fondo, por mucho que sepan que los demás han vivido la misma situación, para cada cual han debido ser tan particulares el miedo y las pérdidas que jamás lograrán que nadie les entienda.

La incertidumbre, ya de por si habitual para muchas personas de los países del Sur, ese no saber si vas a comer al final del día o si podrás hacerlo mañana, se me antoja aún más angustiante. Nosotros y nosotras, al contrario, nos pasamos el día planificando, poniéndonos metas, pues nuestras condiciones de vida nos lo permiten y además, hemos crecido pensando qué es lo que debemos hacer. Eso de los calendarios y los planes siempre me hace recordar una frase que me dijeron cuando llevaba menos de un mes en Mauritana: “Ustedes los toubabs –blancos– tienen el reloj, pero nosotros los africanos tenemos el tiempo”.

La actual situación de dependencia y vulnerabilidad sin fin –nunca se sabe si la tierra va a volver a temblar– debe estar golpeando duro en los ánimos. Por lo que he tenido la oportunidad de palpar, se trata de un pueblo fuerte, unido, muy digno, al que no le gusta depender de nadie y mucho menos que les definan como un país pobre. Me lo dejaron claro los estudiantes de medicina, cuando una de estas tardes me preguntaron cómo era Senegal, pues su presidente, Abdoulaye Wade, ha ofrecido tierra para que haitianos y haitianas fueran a vivir en ellas. Yo empecé diciéndoles que también era un país pobre ¡Mal! Enseguida contestaron: “Nosotros no somos pobres”. Traté de rectificar diciendo “bueno, quiero decir que no tienen una economía muy fuerte”, pero creo que no coló.

Es curioso cómo vamos cambiando la nomenclatura: países subdesarrollados, en vías de desarrollo, pobres, del Sur, empobrecidos, y hoy en día PMA: países menos adelantados”. Le pongamos el nombre que le pongamos, en cualquier caso se trata de una injustísima y creciente desigualdad. Nos creemos con tantos derechos los del norte que, una vez más y aún en esta catastrófica situación, hay quien se permite faltar al respeto a estas personas.

Escapar

Debe ser horrible sentir cómo tu tierra amada se convierte en un infierno del que quieres escapar a toda prisa. Cada día, al pasar por la oficina de Inmigración, vemos, como no, una enorme cola de gente esperando para hacer trámites que les permitan salir del país.

Otros, según me contaba Nicolás Castellano, de la Cadena SER, el día de la entrevista, van hacia el puerto, en Jeremi, donde intentan acceder a un cayuco o un barco que les lleve hacia otro punto del país, República Dominicana o, mejor aún, a hacer real el sueño americano.

Sin embargo, hace días me contaban que bajo ningún concepto quisieran convertirse en una especie de colonia americana, que esta es su tierra y saldrán adelante. De hecho, a las puertas del Hospital General, fuertemente custodiado por jóvenes soldados estadounidenses, rumorean que se negarán a aprender inglés, como ya lo hicieran sus abuelos en épocas pasadas.

1 comentario:

  1. Hola Pino: leo tu blog con intensidad todos los días. No sabes cuanto me gusta compartir contigo tus vivencias. Te animo a seguir. Eres una escritora fantástica. Besos

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