martes, 20 de julio de 2010

Nueva entrevista

Con motivo de cumplirse seis meses del terremoto, Nicolás Castellano me entrevistó para el programa La Ventana, de Cadena Ser. Os dejo el enlace para que escucheis la entrevista.

martes, 13 de julio de 2010

6 meses después; lecciones aprendidas, reflexiones obligadas

Una mañana como la de hoy, día 13, recibía una llamada de Miryam, nuestra compañera de sede central, quien es toda una institución en la organización y a la que agradezco la gran labor que lleva realizando durante más de una década con una paciencia envidiable.

La noche previa, antes de irme a dormir, revisé el correo y luego, casi por rutina, entré también a leer el periódico, encontrando la terrible noticia del terremoto que se había producido a las 23:53, hora española, en Haití. Me quedé impactada y, después de leer la noticia en varios medios, busqué cómo se llegaba hasta la isla. Me acosté pensando en la situación de horror que estaría viviéndose en aquellas tierras lejanas y pensando que Miryam me llamaría para venir. Así fue, con su voz dulce me comentó algo relativo a la sede canaria, creo recordar, y acto seguido me dijo: "por cierto, estamos formando un equipo para salir a la emergencia de Haití, ¿irías?". Y como había estado pensando en esta posibilidad largo rato en la noche, no dudé ni un instante en darle un sí como respuesta.

A lo largo de estos 6 meses, más de 180 días, he realizado tareas de distinto tipo. Desde las puramente asistenciales del primer mes integrada en el equipo de Médecins du Monde-Francia con el que recorría los campamentos de Puerto Príncipe, botiquín a la espalda y en mano, sorteando escombros, en algunos casos, para asentarnos en un huequito en el que poder hacer cientos de curas profundas cada día y alucinando con las reacciones de la gente, que con su capacidad de supervivencia y ganas de salir adelante toleraban de forma heroica el dolor, el miedo y la incertidumbre. Hasta otras más de gestión y coordinación del equipo, como en las que estoy enfrascada ahora.

Equipo materno-infantil, tras recibir su formación.

34 expatriados y expatriadas y más de 30 haitianos y haitianas han ido conformando este equipo que desde el principio me sorprende por su capacidad de adaptación, por su inmenso corazón y por sus ganas de apoyar a la sociedad de este país que, aún hoy y por mucho tiempo, vive sumido en una inestabilidad que crea desesperanza en muchas personas a lo largo de esos cientos de campamentos cada vez más deteriorados por el efecto del tiempo, el sol, el viento y la lluvia, que un verano más, no perdonan.

Entre todos estos compañeros y compañeras siempre hay quienes nos marcan por su saber hacer, por su saber escuchar, por su apoyo, por tirar del carro cuando los demás se vienen abajo y es que, nadie dijo que vivir esta experiencia del lado de las y los humanitarios fuera fácil.

Lentitud desesperante

El fin de semana, entre un montón de artículos sobre el mundial de fútbol, aparecía uno que analizaba la situación haitiana, a un paso de cumplirse el semestre de la catástrofe y me pareció que reflejaba muy bien lo que estamos viviendo. Hablaba de la lentitud desesperante con la que evolucionan por aquí las cosas, de la consecuente frustración que esto tiene para nosotros y nosotras y, como no, de la tensión social que se va creando en algunos campamentos en los que la gente ve salir el sol una vez y otra sin que un día se diferencie demasiado del previo.

Es irremediable que, de pronto, ante estampas de ese tipo, nos planteemos si estamos haciendo lo que debemos, si deberíamos estar siguiendo otra estrategia, si por fin el Gobierno tomará las riendas y planteará sobre la mesa esos famosos planes que mencionan en los periódicos locales, pero… ¿Quién no se ve sobrepasado por una catástrofe de estas dimensiones? ¿Quién no tiene dudas? ¿Quién tiene una receta mágica con la que coordinar todos los esfuerzos y dirigirlos hacia lo realmente importante, dejando a un lado las iniciativas que, además de consumir recursos, viciar las dinámicas de funcionamiento cotidiano de la sociedad y o ser un mero venir para la foto, no sirven para mucho, con todo mi "no respeto" a quienes anteponen su ego y su "yo estuve en Haití" a las necesidades reales de la población?

En este babel de idiomas y filosofías, de clusters y proyectos de diversa índole, de cientos de personas que van y vienen, de caos normalizado… me he permitido parar y mirar atrás, pensar en la situación que vi en el hospital la primera vez que lo pisé y en lo que hay ahora. Me ayuda el pensar en los pasos firmes que con esfuerzo y trabajo de equipo hemos ido dando, el mirar el shelter de madera con base de cemento que ahora alberga la hospitalización pediátrica y la sala de partos que permiten a niños, niñas y mamás una atención digna. También el acudir a las sesiones de formación a las que motivados por el aprendizaje acuden más de 20 profesionales cada semana, el ver regresar de la montaña al equipo que realiza la atención en los dispensarios cada día, el que Irene me cuente que en el campamento de Brija los peques ya tienen una tienda a modo de escuela, que la formación en apoyo psico-social ha ido bien… Al contrario, el que las autoridades sanitarias no estén más implicadas y sean más partícipes, garantizando así mejoras en algunos aspectos como la presencia continua del personal que está cansado de cobrar irregularmente, nos hace sentirnos demasiado solos y solas y responsables de una carga que, como mínimo, deberíamos compartir entre ambas espaldas.

Seguiremos en la brecha, luchando por el derecho a la salud y a una vida digna para haitianos y haitianas, porque puedan acceder a unos cuidados materno-infantiles con unos estándares mínimos de calidad, porque el personal profesional tenga los conocimientos y recursos que permitan llevarlos a cabo, porque la población sepa más sobre cómo prevenir enfermedades y mejorar sus hábitos, porque sus voces sean escuchadas pese a todos los mundiales del mundo. Pero nadie dijo que fuera fácil.

Este es mi peculiar homenaje, con todo mi cariño y respeto, a quienes han estado, están y estarán sobre el terreno con camisetas de un color u otro. O sin ninguna, con sus manos, ayudando a sus vecinos en el caso de los que tienen la desgracia de sobrevivir a la catástrofe y verse sumidos en el panorama desolador que viene después. Todos ellos y ellas dando lo mejor de sí, haciendo que, siempre a un paso más lento del esperado, la situación avance. Nadie dijo que fuera fácil, pero queda mucho por hacer, así que...

¡Animo y pa’ lante!

Nota: Se recomienda escuchar cada día algo de ritmo positivo y motivador tipo Viva la vida, de Coldplay y pensar en los avances hechos, que nos impulsen para saltar los obstáculos que, indudablemente, vendrán.

viernes, 9 de julio de 2010

La mundialización en Haití

Goooooooooooool, goooooooooooooool, guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Son las 13:40 y el griterío irrumpe en la reunión semanal que ONG y dirección del hospital mantenemos cada lunes. Juegan Brasil y Chile, la canarinha marca su primer tanto y estalla la locura.

Desde que empezara el mundial de fútbol la fiesta está garantizada cada vez que juegan Brasil o Argentina, pues haitianos y haitianas siguen con fervor cada partido, tanto es así que el país se paraliza casi por completo. Cuando nos desplazamos por Puerto Príncipe hacemos en 10 minutos trayectos que cualquier otro días se hacen en al menos 30 y es que todo el mundo se va allí donde haya una tele. Agolpados en los pocos bares, en los muchos chiringuitos de venta de lotería y como no, también en la casa o tienda de alguien que quiera compartir esos momentos emocionantes con sus amigos y familiares.

Cientos de agrupamientos de adultos que tratan de ver (la imagen no es demasiado buena y los planos que captan las cámaras son de lejos) la evolución del partido y los más pequeños, que se hacen un hueco entre las piernas de los grandes…todos y todas quieren ver qué sucede y estar al día. Los que no tienen esta oportunidad siguen “el gran acontecimiento” a través de la radio.
Hay calles decoradas con botellas de plástico que han pintado de amarillo y verde, de azul y blanco y colgado con cuerdas de un poste a otro, pintadas en los muros y hasta troncos de árboles con esos colores. Improvisados puestecillos de venta de camisetas y banderolas reinan en las esquinas, hasta el Ayuntamiento de Delmas se ha unido al evento con una pancarta.

Smith y Mario, compañeros del equipo local, van con Brasil y Argentina, respectivamente, y ese día uno aparece con un pasamontañas (¡con el calor que hace!) y el otro con una bandera, dejando claras sus preferencias; sin embargo a Salvé, que va con Paraguay y Chile, con ese partido en el que Chile quedó eliminada le tocó sufrir. Los guardianes, por su parte, han habilitado un espacio con una tele sobre unas cajas y una antena formada por unos tubos entrelazados, así que…seamos futboleros o no, nos vamos enterando de cómo evoluciona el campeonato, casi al minuto, comentaristas haitianos no muy habituados al oficio mediante ;)

De nuevo estalla el clamor y tenemos que interrumpir la reunión por unos minutos. Cuando llega el tercero, el administrador del hospital ya se desespera y bajo la escusa de una llamada de teléfono importante cierra la reunión. Tendremos que ver el calendario de los próximos partidos para tenerlo en cuenta en las planificaciones, bromeo con el resto de participantes. ¡Y no exagero!

La compañía eléctrica, que hasta ahora mantiene el suministro sólo entre la puesta y la salida del sol, este mes incluye también las horas de los partidos…

Al finalizar el partido que clasifica a Brasil para la siguiente ronda, la gente empieza a salir a la calle ataviada de verde y amarillo, con la cara pintada, con las moto-taxis y coches decorados con banderolas y acompañados por un camión que ameniza el pasacalle que recorrerá todo Petit Goave con música a tope y seguido por los forofos que cantan y bailan con una enorme sonrisa en la cara. Los piques y bromas con los seguidores de Argentina están garantizados.

Las conversaciones en estos tiempos, como en muchos otros lugares del mundo, giran en torno al monotema… Esto me ha hecho recordar a esa película “la gran final” que cuenta como personas de 3 contextos completamente diferentes se las apañan para conseguir ver la final de un mundial. Unos en la Amazonía, otros en el desierto del Sáhara…

Pero la fiesta se ha acabado antes de lo esperado al ser eliminados sus equipos. Nuestros compañeros y compañeras ahora van con España que jugará la semifinal con Alemania,…el caso es divertirse, dicen.

viernes, 25 de junio de 2010

Estrategias de formación

Estos días Carmen, matrona del equipo, al igual que Agathe, y yo estamos en Grand'Anse, un departamento al suroeste de la isla en el que Médecins du Monde Francia trabaja en proyectos de salud sexual y reproductiva y atención primaria.


Ver mapa más grande

Hemos venido para compartir información, materiales y experiencias con este equipo formado por 30 haitianos y haitianas, muchos de ellos con varias décadas de trabajo en estos proyectos. Con ellos trabaja Meredith, matrona estadounidense con quien tuve la oportunidad de trabajar el primer mes en Puerto Príncipe con las clínicas móviles.

Llegamos aquí tras 40 minutos de viaje en helicóptero, viendo el maravilloso espectáculo que nos ofrece la naturaleza haitiana, con su vegetación frondosa que deja paso a las playas que recorren la costa y en la que el mar nos ofrece una extensa gama de colores.

Tanto Meredith como Carmen terminaron emocionadas la primera tarde de intercambio de los materiales que cada una había ido creando y recopilando a lo largo de estos meses. Desde fichas de registro hasta materiales de educación para la salud, pasando por protocolos adaptados a la realidad del personal de los dispensarios rurales, centros de salud y hospitales.

Luego hemos estado cada una de nosotras acompañando a un equipo de personas educadoras y animadoras en los dispensarios de la montaña. Estas notas las escribo en mi cuaderno, aprovechando un descanso de la formación que hoy imparten a un grupo de 25 parteras que, como cada jueves, vienen cual alumnas aplicadas.

La clase empieza después de un rezo en el que incluyen ruegos para que todos los partos vayan bien y que ninguna mujer que sea referida al hospital sufra un accidente en la pista de tierra y piedras que llega hasta él. Las parteras, como el resto de haitianas y haitianos con quienes trabajamos, son muy participativas y expresivas ¡cómo gesticulan contando sus experiencias!



Mientras repasan los signos de alarma del embarazo, los animadores han ido a visitar a las familias que estos días han recibido mosquiteras para asegurarse de que las han podido instalar correctamente y sensibilizarles sobre la importancia de usarlas siempre para prevenir la malaria y el dengue que, especialmente en esta zona, causan estragos.

Hace unos días pregunté a mis compañeros y compañeras de la sede y de otros países si podían enviarnos materiales de educación para la salud que usen en otros proyectos, pues estas campañas suelen llevar una dosis alta de ingenio. Diseñar algo que realmente capte la atención y haga que pasen los mensajes sobre cómo cuidar su salud, adaptándolos a su cultura y creencias es fundamental. Usamos estrategias de todo tipo: sketchs y teatrillos que representan, muchas veces con humor, situaciones de la vida cotidiana, flip-charts que cuentan en una secuencia de imágenes distintos mensajes, emisiones en la radio… Favorecer cambios en los hábitos de vida y con ello prevenir enfermedades no es nada fácil, pero en lugares en los que se cuenta con escasos recursos esto adquiere aún más importancia que en nuestro propio medio.
En ocasiones se trata también de luchar contra mitos y creencias que pueden ser perjudiciales para la salud. Hoy insistían en explicar a las matronas que deben decir a las mamás que no deben poner ligaduras rodeando la cabeza de los bebés. Muchas de ellas creen que los niños tienen la cabeza abierta, por aquello de que la fontanela no está cerrada, así que creen necesario poner algo que comprima el cráneo.

Visitaremos luego el espacio que ha sido creado cerca del hospital para albergar a las mujeres de las aldeas a las que les han diagnosticado posibles complicaciones en el parto. Habitualmente se alojan en él a partir del octavo mes y con esto se reduce el riesgo de muerte. La tasa de mortalidad materna en Haití es alarmante (670 mujeres fallecidas por cada 100.000 nacimientos de bebés con vida); en España es de 4/100.000; y en República Dominicana, el otro lado de la isla, de 150/100.000 (fuente: Mortalidad materna en 2005, últimas estimaciones disponibles de la Organización Mundial de la Salud).

A la vuelta comemos en un pequeño bar de la plaza de Jeremie. Llama la atención ver la realidad del país lejos de los escombros: ninguna tienda en los parques, las iglesias intactas, calles sin boquetes ni trazado irregular sorteando chamizos, mercado con su forma original… Una ciudad de aspecto semicolonial que se ha reinventado a sí misma con el paso de los años.

lunes, 7 de junio de 2010

Impactos de ida y vuelta

Regreso a Haití después de unos días en España. Los dos aterrizajes han sido especiales. Regreso con ganas, motivada y sintiendo aún el calor que me han transmitido mi familia, mis amigos y mis compañeros y compañeras de Médicos del Mundo. A todos y todas quiero agradecerles el cariño y apoyo que me brindan.

La última tarde en Las Palmas, mientras tomaba el último té, tuve una conversación muy enriquecedora con Emma, Konte y Maila, que estos días estaba muy contenta porque publicaron en Babelia una nota sobre la novela que tradujo del polaco. ¡Nada menos que un artículo a página completa! Comentaba Konte, este buen amigo senegalés a quien le encanta compartir sus reflexiones, que a menudo nos preocupamos por algo y nos metemos en una espiral de angustia que nos impide ver más allá y, sobre todo, nos impide ser felices. Esto lo hilábamos con la diferencia entre nuestras culturas en cuanto al tiempo y el hacer planes. A Konte le sigue resultando una locura el que ya estemos pensando en los acontecimientos que llegarán en unos días, semanas, meses… cuando, comenta, deberíamos tratar de centrarnos en el hoy, en estar bien ahora, en ser optimistas, positivos, felices.

A esta gran persona, de charla amena y sonrisa sincera, también le da vértigo el orden pasmoso de nuestras ciudades… Justo esto pensé la otra noche, en un concierto en el auditorio. Sonaba todo tan perfecto y acompasado… que me pareció que era el súmmum del orden. Imagino que si no fuera por el peculiar caos haitiano y el de otros países en los que he trabajado, ni entendería los comentarios de Konte ni esto me hubiera llamado la atención.

Como nos recuerdan esas típicas y predecibles presentaciones Power Point que circulan por la red, nos pasamos la vida posponiendo el momento preciso para ser felices, para simplemente vivir. Ese carpe diem que aprendimos estudiando literatura cuando adolescentes dicta el paso de millones de personas que no hacen planes, no sólo porque no han crecido con esa filosofía de vida, sino porque en determinados contextos, demasiados, por desgracia, es francamente imposible. Y entonces pienso, ¿por desgracia o por la perpetua pasividad de tantas generaciones como ha conocido “la era moderna” de la Humanidad?

Hoy visité con Irene, nuestra psicóloga, y Elsa, presidenta de la asociación haitiana JADERH, los campamentos de Delmas 33 en los que desarrollamos el proyecto de atención psicosocial, gracias al buen trabajo de ellas dos y de los voluntarios y voluntarias de su asociación. A pesar de haber trabajado aquí desde el inicio de esta catástrofe he de reconocer que me impactó el ver cómo cada vez parece más claro que la basura y los chamizos de plástico y palos seguirán siendo la estampa cotidiana de este Puerto Príncipe que se ha convertido en una enorme bidonville (asentamiento) donde la vida en condiciones indignas de miles de personas se me antoja absolutamente desesperanzada.

Ante tal panorama: canal que lleva el agua de lluvia, con toneladas de basura acumulada, cerdos y cabras que beben y comen de ella, niños que juegan saltando de un lado al otro, cometas hechas con bolsas de plástico a rayas y dos palos cruzados enredadas en el tendido eléctrico, los líderes comunitarios que nos cuentan cómo es su día a día y cuáles son sus necesidades principales. “Bueno, pues, tal vez unas sillas más y unos plásticos para este espacio que hemos puesto como escuela”, nos cuenta uno de ellos ante la escuela: una esquina del campamento con un plástico, las sillas que traen los propios niños y tres tablones de madera fijados con clavos en la pared y en los que se puede leer “31 de mayo, Dios es la respuesta”, seguido de un ejercicio de lengua.

En unos minutos pasamos de tener la camiseta empapada de sudor a tenerla empapada por el agua de la lluvia que nos sorprendió visitando el último campamento. Este parecía de primera división, hasta en la fatalidad hay niveles. Cada familia con una tienda grande, colocadas en orden, sin demasiada basura en el terreno, incluso una llamaba la atención porque tenía dos macetas dando cobijo a la típica puerta de entrada con cremallera. En cuanto empezó a llover salieron 4 o 5 niños y jugaban saltando en los charcos, dejándose mojar por el chorro de agua que caía por las tiendas, no paraban de reír… y las de esta tarde me parecieron que eran las imágenes que reflejan la realidad del pueblo haitiano, fuerte ante la adversidad, superviviente desde que nace. Ante esta foto, amigo Konte, quien puede pensar en mañana, ¿verdad?

Ahora, a esperar a que deje de llover, pensarán los cientos de mujeres y hombres que se refugian cubriéndose con lo que pueden en sus puestos ambulantes, luego, a ver si vendo lo suficiente para llevar que comer a casa, esta noche, a ver si no me roban los plásticos bajo los que duermo, mañana, si Dios quiere, como repiten cada vez, será otro día.

miércoles, 28 de abril de 2010

Ojalá

Estos días ha aumentado la temperatura y eso se traduce en que luego llega una noche de lluvia intensa. A pesar de que estaba trabajando con el ordenador en el porche, tenía muchísimo calor, así que cuando empezó a llover salí, sin pensarlo demasiado y me deje bailar el agua. Poco después, aún con los ojos cerrados y mis compañeros preguntándose si estaría bien, pensé en todas las personas que ahora mismo deben estar es sus chamizos de plástico y palos, los niños y niñas con inquietud, las personas adultas poniendo sus escasas pertenencias a salvo…campamentos de pobreza estabilizada.

Esta es la imagen de Haití “100 días después” y sobre la que hablamos en el especial que dedicó Hora 25 a los 100 días del terremoto:



Para ellos mojarse no es una opción, como lo ha sido para mí, si no lo que tienen que aguantar, y lo peor de todo, es que no saben hasta cuándo.

Reconozco que pese a pensar que el trabajo que hacemos da sus resultados poco a poco y tiene un impacto positivo sobre la salud de la gente, en momentos como este me siento impotente. Son días en los que te preguntan: “¿Llega la ayuda? ¿Cuál es la situación 100 días después? ¿Se nota el cambio?”...

Pasarán años hasta que esto llegue siquiera al caos normalizado que era antes. Ojalá no se tratase de reconstruir Haití, sino de construir un nuevo Haití en el que la población civil fuera protagonista y heroína, tejedora de sus propios sueños, legendaria para sus futuras generaciones, como ahora lo son quienes liberaron el país hace más de 200 años, logrando ser la primera nación negra independiente.

Ojalá en ese nuevo Haití, “la corrupción” fuese el nombre de una parada de tap-taps, en una zona de la ciudad en la que también están “la malnutrición”, “el pago por los cuidados”, “las escuelas sin maestros” y “los dispensarios cerrados”, paradas que recuerdan los retos ya superados, a fin de evitar que esos problemas vuelvan a aparecer.

lunes, 19 de abril de 2010

Una normalidad imposible

El pasado lunes 12 se cumplieron 3 meses del terremoto. Haitianas y haitianos celebraron distintos funerales, como distintas son las religiones que practican. En Haití hay adventistas, católicos, evangelistas, testigos de Jehová, seguidores de la Iglesia Wesleyen… La noche nos ofreció un cielo completamente estrellado y hay quien decía que era el agradecimiento por las exequias.

Previamente, en Semana Santa, pudimos ver alguna procesión más o menos parecida a las que tienen lugar en España. Sin embargo, las más interesantes son las denominadas Rara o Gaga, que consisten en algo de carácter mucho más festivo/lúdico… Grupos de gente joven ataviada con ropas de colores alegres marchan recorriendo las calles al ritmo de la música de tambores y tubas.

Tres meses después, muchas personas siguen dependiendo de la ayuda para subsistir y esto unido a la lluvia, que cuando aparece inunda todo con su presencia, y las réplicas, tres o cuatro por semana, hace que la vida se les ponga, aún más, cuesta arriba.

El día aquí empieza temprano, con un ir y venir de gente a pie, en bici, en moto…A esa estampa ya se han unido las niñas y niños que hace 2 semanas volvieron a la escuela con sus mochilas y coloridos uniformes: verde y amarillo, rojo y blanco, azul…Aún hay padres y madres que tienen miedo de enviar a sus hijos al colegio por si la tierra volviese a temblar. Con este escenario de dependencia, vida en tiendas, réplicas, electricidad a ratos y ahora también los problemas de abastecimiento de combustible, volver a la normalidad es realmente difícil.

En este contexto estamos implementando un proyecto de salud sexual y reproductiva, cuya línea de trabajo más importante es la atención a la salud materno-infantil en primaria y hospital. En los seis dispensarios de la región vamos avanzando con pie firme. Algunos de ellos están en la montaña y el paisaje del camino es precioso.

Nuestro equipo sanitario local, compuesto por dos médicos: Narcis y Judette, y tres enfermeras: Patricia, Edna y Joseph, realiza en ellos la atención sanitaria a las mujeres embarazadas y los niños. Además, participan en el programa de formación que desarrollamos dos días a la semana y trabajan temas de educación para la salud con la población que acude a los dispensarios. Estos días Magüé, nuestro coordinado médico para los dispensarios, diseñó unos materiales que tomarán forma de flip-chart (cuadernos enormes con los que mostrar en imágenes los mensajes que queremos dar, por una cara, y por la otra, el texto de lo que debemos decir, a medida que pasamos la página).


En Olivier, uno de los dispensarios, realizamos un encuentro mensual con las parteras tradicionales de toda la región, a partir de esto hemos conocido a más de 50 de ellas y ellos, en su mayoría personas mayores. Cuentan sus experiencias y a modo de sesión clínica vamos planteando algunas mejoras. A lo largo del encuentro cantan sus canciones de matronas que tratan sobre las buenas prácticas como el lavado de manos, el uso del uniforme, los signos de alarma…

En este gran equipo con el que tengo la suerte de trabajar y aprender cada día, cada cual está sacando su lado más polivalente. Además de a Magüé al más puro estilo Forges, tenemos a Carmen, nuestra matrona, que por la noche se dedica a imitar a Llongueras.

En el hospital, una vez reactivada la maternidad tras los trabajos de limpieza, rehabilitación y logística de equipamiento, materiales y medicamentos, y la incorporación del personal haitiano, son nuestros compañeros y compañeras de Médicos del Mundo Bélgica quienes continuarán con el apoyo a la atención al parto y la hospitalización materna. Nosotros nos centraremos ahora en reactivar y apoyar la neonatología, pediatría y las consultas pre-natal y de planificación familiar. De esta forma, la atención materno-infantil estará cubierta y podremos, entre todos, prestar un servicio en términos de calidad y eficacia para estos colectivos, que una vez más, siguen siendo los más vulnerables.

La brigada médica cubana que trabaja en Haití hace diez años tratando de reforzar las capacidades del sistema nacional de salud, está estos días realizando un estudio en Petit Goave, pues en otros pueblos cercanos la lluvia está trayendo consigo un aumento considerable de los casos de malaria. Ya han puesto en marcha medidas de prevención y hace un momento veíamos pasar por nuestra calle un camión que fumigaba con permetrina a diestro y siniestro, a fin de acabar con buena parte de los mosquitos que, especialmente en esta época del año, están por todas. Hace días, su brigada artística nos sorprendía en el hospital con un grupo de payasos, zancudos, bailarines…que al ritmo de sus tambores y trompetas alegraban el día a los pacientes y viandantes.