martes, 20 de julio de 2010

Nueva entrevista

Con motivo de cumplirse seis meses del terremoto, Nicolás Castellano me entrevistó para el programa La Ventana, de Cadena Ser. Os dejo el enlace para que escucheis la entrevista.

martes, 13 de julio de 2010

6 meses después; lecciones aprendidas, reflexiones obligadas

Una mañana como la de hoy, día 13, recibía una llamada de Miryam, nuestra compañera de sede central, quien es toda una institución en la organización y a la que agradezco la gran labor que lleva realizando durante más de una década con una paciencia envidiable.

La noche previa, antes de irme a dormir, revisé el correo y luego, casi por rutina, entré también a leer el periódico, encontrando la terrible noticia del terremoto que se había producido a las 23:53, hora española, en Haití. Me quedé impactada y, después de leer la noticia en varios medios, busqué cómo se llegaba hasta la isla. Me acosté pensando en la situación de horror que estaría viviéndose en aquellas tierras lejanas y pensando que Miryam me llamaría para venir. Así fue, con su voz dulce me comentó algo relativo a la sede canaria, creo recordar, y acto seguido me dijo: "por cierto, estamos formando un equipo para salir a la emergencia de Haití, ¿irías?". Y como había estado pensando en esta posibilidad largo rato en la noche, no dudé ni un instante en darle un sí como respuesta.

A lo largo de estos 6 meses, más de 180 días, he realizado tareas de distinto tipo. Desde las puramente asistenciales del primer mes integrada en el equipo de Médecins du Monde-Francia con el que recorría los campamentos de Puerto Príncipe, botiquín a la espalda y en mano, sorteando escombros, en algunos casos, para asentarnos en un huequito en el que poder hacer cientos de curas profundas cada día y alucinando con las reacciones de la gente, que con su capacidad de supervivencia y ganas de salir adelante toleraban de forma heroica el dolor, el miedo y la incertidumbre. Hasta otras más de gestión y coordinación del equipo, como en las que estoy enfrascada ahora.

Equipo materno-infantil, tras recibir su formación.

34 expatriados y expatriadas y más de 30 haitianos y haitianas han ido conformando este equipo que desde el principio me sorprende por su capacidad de adaptación, por su inmenso corazón y por sus ganas de apoyar a la sociedad de este país que, aún hoy y por mucho tiempo, vive sumido en una inestabilidad que crea desesperanza en muchas personas a lo largo de esos cientos de campamentos cada vez más deteriorados por el efecto del tiempo, el sol, el viento y la lluvia, que un verano más, no perdonan.

Entre todos estos compañeros y compañeras siempre hay quienes nos marcan por su saber hacer, por su saber escuchar, por su apoyo, por tirar del carro cuando los demás se vienen abajo y es que, nadie dijo que vivir esta experiencia del lado de las y los humanitarios fuera fácil.

Lentitud desesperante

El fin de semana, entre un montón de artículos sobre el mundial de fútbol, aparecía uno que analizaba la situación haitiana, a un paso de cumplirse el semestre de la catástrofe y me pareció que reflejaba muy bien lo que estamos viviendo. Hablaba de la lentitud desesperante con la que evolucionan por aquí las cosas, de la consecuente frustración que esto tiene para nosotros y nosotras y, como no, de la tensión social que se va creando en algunos campamentos en los que la gente ve salir el sol una vez y otra sin que un día se diferencie demasiado del previo.

Es irremediable que, de pronto, ante estampas de ese tipo, nos planteemos si estamos haciendo lo que debemos, si deberíamos estar siguiendo otra estrategia, si por fin el Gobierno tomará las riendas y planteará sobre la mesa esos famosos planes que mencionan en los periódicos locales, pero… ¿Quién no se ve sobrepasado por una catástrofe de estas dimensiones? ¿Quién no tiene dudas? ¿Quién tiene una receta mágica con la que coordinar todos los esfuerzos y dirigirlos hacia lo realmente importante, dejando a un lado las iniciativas que, además de consumir recursos, viciar las dinámicas de funcionamiento cotidiano de la sociedad y o ser un mero venir para la foto, no sirven para mucho, con todo mi "no respeto" a quienes anteponen su ego y su "yo estuve en Haití" a las necesidades reales de la población?

En este babel de idiomas y filosofías, de clusters y proyectos de diversa índole, de cientos de personas que van y vienen, de caos normalizado… me he permitido parar y mirar atrás, pensar en la situación que vi en el hospital la primera vez que lo pisé y en lo que hay ahora. Me ayuda el pensar en los pasos firmes que con esfuerzo y trabajo de equipo hemos ido dando, el mirar el shelter de madera con base de cemento que ahora alberga la hospitalización pediátrica y la sala de partos que permiten a niños, niñas y mamás una atención digna. También el acudir a las sesiones de formación a las que motivados por el aprendizaje acuden más de 20 profesionales cada semana, el ver regresar de la montaña al equipo que realiza la atención en los dispensarios cada día, el que Irene me cuente que en el campamento de Brija los peques ya tienen una tienda a modo de escuela, que la formación en apoyo psico-social ha ido bien… Al contrario, el que las autoridades sanitarias no estén más implicadas y sean más partícipes, garantizando así mejoras en algunos aspectos como la presencia continua del personal que está cansado de cobrar irregularmente, nos hace sentirnos demasiado solos y solas y responsables de una carga que, como mínimo, deberíamos compartir entre ambas espaldas.

Seguiremos en la brecha, luchando por el derecho a la salud y a una vida digna para haitianos y haitianas, porque puedan acceder a unos cuidados materno-infantiles con unos estándares mínimos de calidad, porque el personal profesional tenga los conocimientos y recursos que permitan llevarlos a cabo, porque la población sepa más sobre cómo prevenir enfermedades y mejorar sus hábitos, porque sus voces sean escuchadas pese a todos los mundiales del mundo. Pero nadie dijo que fuera fácil.

Este es mi peculiar homenaje, con todo mi cariño y respeto, a quienes han estado, están y estarán sobre el terreno con camisetas de un color u otro. O sin ninguna, con sus manos, ayudando a sus vecinos en el caso de los que tienen la desgracia de sobrevivir a la catástrofe y verse sumidos en el panorama desolador que viene después. Todos ellos y ellas dando lo mejor de sí, haciendo que, siempre a un paso más lento del esperado, la situación avance. Nadie dijo que fuera fácil, pero queda mucho por hacer, así que...

¡Animo y pa’ lante!

Nota: Se recomienda escuchar cada día algo de ritmo positivo y motivador tipo Viva la vida, de Coldplay y pensar en los avances hechos, que nos impulsen para saltar los obstáculos que, indudablemente, vendrán.

viernes, 9 de julio de 2010

La mundialización en Haití

Goooooooooooool, goooooooooooooool, guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Son las 13:40 y el griterío irrumpe en la reunión semanal que ONG y dirección del hospital mantenemos cada lunes. Juegan Brasil y Chile, la canarinha marca su primer tanto y estalla la locura.

Desde que empezara el mundial de fútbol la fiesta está garantizada cada vez que juegan Brasil o Argentina, pues haitianos y haitianas siguen con fervor cada partido, tanto es así que el país se paraliza casi por completo. Cuando nos desplazamos por Puerto Príncipe hacemos en 10 minutos trayectos que cualquier otro días se hacen en al menos 30 y es que todo el mundo se va allí donde haya una tele. Agolpados en los pocos bares, en los muchos chiringuitos de venta de lotería y como no, también en la casa o tienda de alguien que quiera compartir esos momentos emocionantes con sus amigos y familiares.

Cientos de agrupamientos de adultos que tratan de ver (la imagen no es demasiado buena y los planos que captan las cámaras son de lejos) la evolución del partido y los más pequeños, que se hacen un hueco entre las piernas de los grandes…todos y todas quieren ver qué sucede y estar al día. Los que no tienen esta oportunidad siguen “el gran acontecimiento” a través de la radio.
Hay calles decoradas con botellas de plástico que han pintado de amarillo y verde, de azul y blanco y colgado con cuerdas de un poste a otro, pintadas en los muros y hasta troncos de árboles con esos colores. Improvisados puestecillos de venta de camisetas y banderolas reinan en las esquinas, hasta el Ayuntamiento de Delmas se ha unido al evento con una pancarta.

Smith y Mario, compañeros del equipo local, van con Brasil y Argentina, respectivamente, y ese día uno aparece con un pasamontañas (¡con el calor que hace!) y el otro con una bandera, dejando claras sus preferencias; sin embargo a Salvé, que va con Paraguay y Chile, con ese partido en el que Chile quedó eliminada le tocó sufrir. Los guardianes, por su parte, han habilitado un espacio con una tele sobre unas cajas y una antena formada por unos tubos entrelazados, así que…seamos futboleros o no, nos vamos enterando de cómo evoluciona el campeonato, casi al minuto, comentaristas haitianos no muy habituados al oficio mediante ;)

De nuevo estalla el clamor y tenemos que interrumpir la reunión por unos minutos. Cuando llega el tercero, el administrador del hospital ya se desespera y bajo la escusa de una llamada de teléfono importante cierra la reunión. Tendremos que ver el calendario de los próximos partidos para tenerlo en cuenta en las planificaciones, bromeo con el resto de participantes. ¡Y no exagero!

La compañía eléctrica, que hasta ahora mantiene el suministro sólo entre la puesta y la salida del sol, este mes incluye también las horas de los partidos…

Al finalizar el partido que clasifica a Brasil para la siguiente ronda, la gente empieza a salir a la calle ataviada de verde y amarillo, con la cara pintada, con las moto-taxis y coches decorados con banderolas y acompañados por un camión que ameniza el pasacalle que recorrerá todo Petit Goave con música a tope y seguido por los forofos que cantan y bailan con una enorme sonrisa en la cara. Los piques y bromas con los seguidores de Argentina están garantizados.

Las conversaciones en estos tiempos, como en muchos otros lugares del mundo, giran en torno al monotema… Esto me ha hecho recordar a esa película “la gran final” que cuenta como personas de 3 contextos completamente diferentes se las apañan para conseguir ver la final de un mundial. Unos en la Amazonía, otros en el desierto del Sáhara…

Pero la fiesta se ha acabado antes de lo esperado al ser eliminados sus equipos. Nuestros compañeros y compañeras ahora van con España que jugará la semifinal con Alemania,…el caso es divertirse, dicen.

viernes, 25 de junio de 2010

Estrategias de formación

Estos días Carmen, matrona del equipo, al igual que Agathe, y yo estamos en Grand'Anse, un departamento al suroeste de la isla en el que Médecins du Monde Francia trabaja en proyectos de salud sexual y reproductiva y atención primaria.


Ver mapa más grande

Hemos venido para compartir información, materiales y experiencias con este equipo formado por 30 haitianos y haitianas, muchos de ellos con varias décadas de trabajo en estos proyectos. Con ellos trabaja Meredith, matrona estadounidense con quien tuve la oportunidad de trabajar el primer mes en Puerto Príncipe con las clínicas móviles.

Llegamos aquí tras 40 minutos de viaje en helicóptero, viendo el maravilloso espectáculo que nos ofrece la naturaleza haitiana, con su vegetación frondosa que deja paso a las playas que recorren la costa y en la que el mar nos ofrece una extensa gama de colores.

Tanto Meredith como Carmen terminaron emocionadas la primera tarde de intercambio de los materiales que cada una había ido creando y recopilando a lo largo de estos meses. Desde fichas de registro hasta materiales de educación para la salud, pasando por protocolos adaptados a la realidad del personal de los dispensarios rurales, centros de salud y hospitales.

Luego hemos estado cada una de nosotras acompañando a un equipo de personas educadoras y animadoras en los dispensarios de la montaña. Estas notas las escribo en mi cuaderno, aprovechando un descanso de la formación que hoy imparten a un grupo de 25 parteras que, como cada jueves, vienen cual alumnas aplicadas.

La clase empieza después de un rezo en el que incluyen ruegos para que todos los partos vayan bien y que ninguna mujer que sea referida al hospital sufra un accidente en la pista de tierra y piedras que llega hasta él. Las parteras, como el resto de haitianas y haitianos con quienes trabajamos, son muy participativas y expresivas ¡cómo gesticulan contando sus experiencias!



Mientras repasan los signos de alarma del embarazo, los animadores han ido a visitar a las familias que estos días han recibido mosquiteras para asegurarse de que las han podido instalar correctamente y sensibilizarles sobre la importancia de usarlas siempre para prevenir la malaria y el dengue que, especialmente en esta zona, causan estragos.

Hace unos días pregunté a mis compañeros y compañeras de la sede y de otros países si podían enviarnos materiales de educación para la salud que usen en otros proyectos, pues estas campañas suelen llevar una dosis alta de ingenio. Diseñar algo que realmente capte la atención y haga que pasen los mensajes sobre cómo cuidar su salud, adaptándolos a su cultura y creencias es fundamental. Usamos estrategias de todo tipo: sketchs y teatrillos que representan, muchas veces con humor, situaciones de la vida cotidiana, flip-charts que cuentan en una secuencia de imágenes distintos mensajes, emisiones en la radio… Favorecer cambios en los hábitos de vida y con ello prevenir enfermedades no es nada fácil, pero en lugares en los que se cuenta con escasos recursos esto adquiere aún más importancia que en nuestro propio medio.
En ocasiones se trata también de luchar contra mitos y creencias que pueden ser perjudiciales para la salud. Hoy insistían en explicar a las matronas que deben decir a las mamás que no deben poner ligaduras rodeando la cabeza de los bebés. Muchas de ellas creen que los niños tienen la cabeza abierta, por aquello de que la fontanela no está cerrada, así que creen necesario poner algo que comprima el cráneo.

Visitaremos luego el espacio que ha sido creado cerca del hospital para albergar a las mujeres de las aldeas a las que les han diagnosticado posibles complicaciones en el parto. Habitualmente se alojan en él a partir del octavo mes y con esto se reduce el riesgo de muerte. La tasa de mortalidad materna en Haití es alarmante (670 mujeres fallecidas por cada 100.000 nacimientos de bebés con vida); en España es de 4/100.000; y en República Dominicana, el otro lado de la isla, de 150/100.000 (fuente: Mortalidad materna en 2005, últimas estimaciones disponibles de la Organización Mundial de la Salud).

A la vuelta comemos en un pequeño bar de la plaza de Jeremie. Llama la atención ver la realidad del país lejos de los escombros: ninguna tienda en los parques, las iglesias intactas, calles sin boquetes ni trazado irregular sorteando chamizos, mercado con su forma original… Una ciudad de aspecto semicolonial que se ha reinventado a sí misma con el paso de los años.

lunes, 7 de junio de 2010

Impactos de ida y vuelta

Regreso a Haití después de unos días en España. Los dos aterrizajes han sido especiales. Regreso con ganas, motivada y sintiendo aún el calor que me han transmitido mi familia, mis amigos y mis compañeros y compañeras de Médicos del Mundo. A todos y todas quiero agradecerles el cariño y apoyo que me brindan.

La última tarde en Las Palmas, mientras tomaba el último té, tuve una conversación muy enriquecedora con Emma, Konte y Maila, que estos días estaba muy contenta porque publicaron en Babelia una nota sobre la novela que tradujo del polaco. ¡Nada menos que un artículo a página completa! Comentaba Konte, este buen amigo senegalés a quien le encanta compartir sus reflexiones, que a menudo nos preocupamos por algo y nos metemos en una espiral de angustia que nos impide ver más allá y, sobre todo, nos impide ser felices. Esto lo hilábamos con la diferencia entre nuestras culturas en cuanto al tiempo y el hacer planes. A Konte le sigue resultando una locura el que ya estemos pensando en los acontecimientos que llegarán en unos días, semanas, meses… cuando, comenta, deberíamos tratar de centrarnos en el hoy, en estar bien ahora, en ser optimistas, positivos, felices.

A esta gran persona, de charla amena y sonrisa sincera, también le da vértigo el orden pasmoso de nuestras ciudades… Justo esto pensé la otra noche, en un concierto en el auditorio. Sonaba todo tan perfecto y acompasado… que me pareció que era el súmmum del orden. Imagino que si no fuera por el peculiar caos haitiano y el de otros países en los que he trabajado, ni entendería los comentarios de Konte ni esto me hubiera llamado la atención.

Como nos recuerdan esas típicas y predecibles presentaciones Power Point que circulan por la red, nos pasamos la vida posponiendo el momento preciso para ser felices, para simplemente vivir. Ese carpe diem que aprendimos estudiando literatura cuando adolescentes dicta el paso de millones de personas que no hacen planes, no sólo porque no han crecido con esa filosofía de vida, sino porque en determinados contextos, demasiados, por desgracia, es francamente imposible. Y entonces pienso, ¿por desgracia o por la perpetua pasividad de tantas generaciones como ha conocido “la era moderna” de la Humanidad?

Hoy visité con Irene, nuestra psicóloga, y Elsa, presidenta de la asociación haitiana JADERH, los campamentos de Delmas 33 en los que desarrollamos el proyecto de atención psicosocial, gracias al buen trabajo de ellas dos y de los voluntarios y voluntarias de su asociación. A pesar de haber trabajado aquí desde el inicio de esta catástrofe he de reconocer que me impactó el ver cómo cada vez parece más claro que la basura y los chamizos de plástico y palos seguirán siendo la estampa cotidiana de este Puerto Príncipe que se ha convertido en una enorme bidonville (asentamiento) donde la vida en condiciones indignas de miles de personas se me antoja absolutamente desesperanzada.

Ante tal panorama: canal que lleva el agua de lluvia, con toneladas de basura acumulada, cerdos y cabras que beben y comen de ella, niños que juegan saltando de un lado al otro, cometas hechas con bolsas de plástico a rayas y dos palos cruzados enredadas en el tendido eléctrico, los líderes comunitarios que nos cuentan cómo es su día a día y cuáles son sus necesidades principales. “Bueno, pues, tal vez unas sillas más y unos plásticos para este espacio que hemos puesto como escuela”, nos cuenta uno de ellos ante la escuela: una esquina del campamento con un plástico, las sillas que traen los propios niños y tres tablones de madera fijados con clavos en la pared y en los que se puede leer “31 de mayo, Dios es la respuesta”, seguido de un ejercicio de lengua.

En unos minutos pasamos de tener la camiseta empapada de sudor a tenerla empapada por el agua de la lluvia que nos sorprendió visitando el último campamento. Este parecía de primera división, hasta en la fatalidad hay niveles. Cada familia con una tienda grande, colocadas en orden, sin demasiada basura en el terreno, incluso una llamaba la atención porque tenía dos macetas dando cobijo a la típica puerta de entrada con cremallera. En cuanto empezó a llover salieron 4 o 5 niños y jugaban saltando en los charcos, dejándose mojar por el chorro de agua que caía por las tiendas, no paraban de reír… y las de esta tarde me parecieron que eran las imágenes que reflejan la realidad del pueblo haitiano, fuerte ante la adversidad, superviviente desde que nace. Ante esta foto, amigo Konte, quien puede pensar en mañana, ¿verdad?

Ahora, a esperar a que deje de llover, pensarán los cientos de mujeres y hombres que se refugian cubriéndose con lo que pueden en sus puestos ambulantes, luego, a ver si vendo lo suficiente para llevar que comer a casa, esta noche, a ver si no me roban los plásticos bajo los que duermo, mañana, si Dios quiere, como repiten cada vez, será otro día.

miércoles, 28 de abril de 2010

Ojalá

Estos días ha aumentado la temperatura y eso se traduce en que luego llega una noche de lluvia intensa. A pesar de que estaba trabajando con el ordenador en el porche, tenía muchísimo calor, así que cuando empezó a llover salí, sin pensarlo demasiado y me deje bailar el agua. Poco después, aún con los ojos cerrados y mis compañeros preguntándose si estaría bien, pensé en todas las personas que ahora mismo deben estar es sus chamizos de plástico y palos, los niños y niñas con inquietud, las personas adultas poniendo sus escasas pertenencias a salvo…campamentos de pobreza estabilizada.

Esta es la imagen de Haití “100 días después” y sobre la que hablamos en el especial que dedicó Hora 25 a los 100 días del terremoto:



Para ellos mojarse no es una opción, como lo ha sido para mí, si no lo que tienen que aguantar, y lo peor de todo, es que no saben hasta cuándo.

Reconozco que pese a pensar que el trabajo que hacemos da sus resultados poco a poco y tiene un impacto positivo sobre la salud de la gente, en momentos como este me siento impotente. Son días en los que te preguntan: “¿Llega la ayuda? ¿Cuál es la situación 100 días después? ¿Se nota el cambio?”...

Pasarán años hasta que esto llegue siquiera al caos normalizado que era antes. Ojalá no se tratase de reconstruir Haití, sino de construir un nuevo Haití en el que la población civil fuera protagonista y heroína, tejedora de sus propios sueños, legendaria para sus futuras generaciones, como ahora lo son quienes liberaron el país hace más de 200 años, logrando ser la primera nación negra independiente.

Ojalá en ese nuevo Haití, “la corrupción” fuese el nombre de una parada de tap-taps, en una zona de la ciudad en la que también están “la malnutrición”, “el pago por los cuidados”, “las escuelas sin maestros” y “los dispensarios cerrados”, paradas que recuerdan los retos ya superados, a fin de evitar que esos problemas vuelvan a aparecer.

lunes, 19 de abril de 2010

Una normalidad imposible

El pasado lunes 12 se cumplieron 3 meses del terremoto. Haitianas y haitianos celebraron distintos funerales, como distintas son las religiones que practican. En Haití hay adventistas, católicos, evangelistas, testigos de Jehová, seguidores de la Iglesia Wesleyen… La noche nos ofreció un cielo completamente estrellado y hay quien decía que era el agradecimiento por las exequias.

Previamente, en Semana Santa, pudimos ver alguna procesión más o menos parecida a las que tienen lugar en España. Sin embargo, las más interesantes son las denominadas Rara o Gaga, que consisten en algo de carácter mucho más festivo/lúdico… Grupos de gente joven ataviada con ropas de colores alegres marchan recorriendo las calles al ritmo de la música de tambores y tubas.

Tres meses después, muchas personas siguen dependiendo de la ayuda para subsistir y esto unido a la lluvia, que cuando aparece inunda todo con su presencia, y las réplicas, tres o cuatro por semana, hace que la vida se les ponga, aún más, cuesta arriba.

El día aquí empieza temprano, con un ir y venir de gente a pie, en bici, en moto…A esa estampa ya se han unido las niñas y niños que hace 2 semanas volvieron a la escuela con sus mochilas y coloridos uniformes: verde y amarillo, rojo y blanco, azul…Aún hay padres y madres que tienen miedo de enviar a sus hijos al colegio por si la tierra volviese a temblar. Con este escenario de dependencia, vida en tiendas, réplicas, electricidad a ratos y ahora también los problemas de abastecimiento de combustible, volver a la normalidad es realmente difícil.

En este contexto estamos implementando un proyecto de salud sexual y reproductiva, cuya línea de trabajo más importante es la atención a la salud materno-infantil en primaria y hospital. En los seis dispensarios de la región vamos avanzando con pie firme. Algunos de ellos están en la montaña y el paisaje del camino es precioso.

Nuestro equipo sanitario local, compuesto por dos médicos: Narcis y Judette, y tres enfermeras: Patricia, Edna y Joseph, realiza en ellos la atención sanitaria a las mujeres embarazadas y los niños. Además, participan en el programa de formación que desarrollamos dos días a la semana y trabajan temas de educación para la salud con la población que acude a los dispensarios. Estos días Magüé, nuestro coordinado médico para los dispensarios, diseñó unos materiales que tomarán forma de flip-chart (cuadernos enormes con los que mostrar en imágenes los mensajes que queremos dar, por una cara, y por la otra, el texto de lo que debemos decir, a medida que pasamos la página).


En Olivier, uno de los dispensarios, realizamos un encuentro mensual con las parteras tradicionales de toda la región, a partir de esto hemos conocido a más de 50 de ellas y ellos, en su mayoría personas mayores. Cuentan sus experiencias y a modo de sesión clínica vamos planteando algunas mejoras. A lo largo del encuentro cantan sus canciones de matronas que tratan sobre las buenas prácticas como el lavado de manos, el uso del uniforme, los signos de alarma…

En este gran equipo con el que tengo la suerte de trabajar y aprender cada día, cada cual está sacando su lado más polivalente. Además de a Magüé al más puro estilo Forges, tenemos a Carmen, nuestra matrona, que por la noche se dedica a imitar a Llongueras.

En el hospital, una vez reactivada la maternidad tras los trabajos de limpieza, rehabilitación y logística de equipamiento, materiales y medicamentos, y la incorporación del personal haitiano, son nuestros compañeros y compañeras de Médicos del Mundo Bélgica quienes continuarán con el apoyo a la atención al parto y la hospitalización materna. Nosotros nos centraremos ahora en reactivar y apoyar la neonatología, pediatría y las consultas pre-natal y de planificación familiar. De esta forma, la atención materno-infantil estará cubierta y podremos, entre todos, prestar un servicio en términos de calidad y eficacia para estos colectivos, que una vez más, siguen siendo los más vulnerables.

La brigada médica cubana que trabaja en Haití hace diez años tratando de reforzar las capacidades del sistema nacional de salud, está estos días realizando un estudio en Petit Goave, pues en otros pueblos cercanos la lluvia está trayendo consigo un aumento considerable de los casos de malaria. Ya han puesto en marcha medidas de prevención y hace un momento veíamos pasar por nuestra calle un camión que fumigaba con permetrina a diestro y siniestro, a fin de acabar con buena parte de los mosquitos que, especialmente en esta época del año, están por todas. Hace días, su brigada artística nos sorprendía en el hospital con un grupo de payasos, zancudos, bailarines…que al ritmo de sus tambores y trompetas alegraban el día a los pacientes y viandantes.

lunes, 29 de marzo de 2010

Anoche volvió a temblar

Hoy pasamos unas horas en la playa de Grand Goâve, un pueblo de aquí al lado, que curiosamente, es más pequeño que Petit Goâve… Las cosas de Haití.

Desde ella veíamos la isla Gonave y un islote algo más cercano. Era una playa de piedras rodeada de vegetación. Allí encontramos a jóvenes, niñas y niños que también buscaban refrescarse en estos días de calor. Para nuestro equipo, además, supone el día de desconexión semanal y de salida del entorno habitual de trabajo: hospital, dispensarios y sede.

La naturaleza aquí ofrece una visión salvaje y la llegada a Petit Goave desde el este es espectacular al atardecer, pues a un lado vas viendo montañas pobladas de árboles y al otro una ladera de tierra caliza quebrada por el terremoto, aún con piedras sobre la carretera y de frente… la bahía de Petit Goâve.

Anoche volvió a temblar la tierra, poniéndonos el corazón a 100, y hace unos minutos que volvimos a sentir la amenaza, esta vez levemente. Eran las 2:35 de la madrugada y estábamos aún en el porche charlando y escuchando música. Además de sentir el suelo moverse bajo nuestros pies, la magnitud (fue de 5 grados, aproximadamente) provocó tal movimiento que se oía una especie de rugido provocado por las distintas estructuras. Enseguida nos levantamos y salimos. Quienes dormían se levantaron de un brinco y se vinieron también afuera. Luego, comentamos la sensación que nos provocó, calmamos los miedos y tras otro rato de charla nos fuimos a dormir. Hubo quien sintió otro temblor sobre las 6 (en el desayuno comentamos: ¿lo sentiste?), pero esos no son tan fuertes.

En este último mes se han producido tres réplicas aquí, la más fuerte hace ya 3 semanas. Fue de algo más de 5 grados y como eran las 5:38 de la mañana me pilló durmiendo profundamente en la tienda. Me desperté sintiendo un bamboleo parecido al de un tren cuando de toma una curva a toda velocidad. Aquel también sonó.


En la Maternidad poco a poco vamos estabilizando nuestro apoyo al personal haitiano que ya trabajaba en ella. Las condiciones son bien distintas a las que había antes del terremoto, pues la destrucción de parte del hospital hace que hoy en día sólo podamos usar un pequeño edificio que hemos acondicionado como sala de partos, a la derecha, y farmacia-almacén, a la izquierda.

Próximamente también estará a la entrada la consulta de Ginecología. La consulta Pre-natal, la Hospitalización y Post-parto los albergamos en cuatro grandes tiendas de campaña colocadas sobre tarimas de cemento con sus canalizaciones para la lluvia. Creo que dentro de lo que cabe, los espacios reúnen unos mínimos para que las señoras puedan ser atendidas correctamente, aunque, claro está, que esto no es lo ideal.


En la farmacia de la sede, de la cual abastecemos los 6 dispensarios rurales en los que trabajamos, hay una foto enmarcada que desde el primer día me llama la atención. Se trata del momento en que el hombre pisó la luna y entonces pienso en el dinero que cuesta la investigación espacial y lo lejos – literalmente- que queda de los problemas cotidianos de tantas personas que, aquí abajo en la tierra, siguen sin tener si quiera techo y comida.

Lo siguiente que me viene a la mente es la canción de R.E.M. Man on the moon, que en su estribillo dice if you believe they put a man on the moon, man on the moon. Hace ya casi 2 años la escuché en directo con mis amigos en Bilbao.

martes, 23 de marzo de 2010

Unos momentos de relax

Escribo desde el porche de la sede, aprovechando que tenemos unos minutos de Internet. Está atardeciendo y el cielo, que se ha vestido con sus mejores colores y el viento que sopla suave, me están regalando un ratito de tregua, después del calor y el ritmo loco del día.

De BSO, un cd de Roy Orbison que tienen mis compañeros en el iPod: Anything you want, you´ve got it... frase que podría resumir cuánto nos facilita la vida la tecnología, más en este medio. A veces pienso en las misiones de emergencia que han llevado a cabo otros compañeros y compañeras hace 10 años y lo diferente que habrá sido, en todos los sentidos.

Esta mañana, en la Maternidad nos preguntábamos porqué estábamos recibiendo tan pocas señoras y es que, al parecer, se están desplazando hasta el hospital de Leogane, al pensar que aún funciona este servicio, que en realidad está cerrado.

Esta noche pasaremos el mensaje en la radio y en cuanto nos den un hueco, Judette, nuestra médica haitiana, comentará esto y otros aspectos educativos sobre salud sexual y reproductiva, como hiciera con Seba las últimas semanas. Aquí todo el mundo escucha la radio. Llevan unas pequeñitas que recargan manualmente dándole a la manivela.

Acaban de llegar nuestros psico-logistas y nuestro administrador, que hoy trabajaron en Puerto Príncipe. A los primeros, como les hemos encargado gestiones y compras caseras, ya les hemos cambiado el cargo. Entre atasco y reunión han podido ir a por provisiones de cosillas básicas, que aquí, en el pueblo con mar, no encontramos, así que su llegada ha sido muy bien recibida. Vamos, que no nos hemos interesado por cómo les fue el día, si no directamente que lograron comprar ;). ¡Mariluz, ya vamos acabando con lo que tú enviaste!

El sábado pasado, con la llegada de Marina, nuestra nueva enfermera, llego parte de nuestro kit ocio, el cual esperamos ir completando poco a poco. Se trataba de unas cartas y un set de ping-pong, que, por supuesto, ya colocamos sobre la mesa de comer y peloteamos un poco. También tenemos una minipiscina infantil que Ruth, nuestra pediatra polivalente, trajo del Promese, el almacén central de medicamentos y materiales sanitarios. Sí, nosotros también nos preguntamos qué hacía ahí. ¿Sería para promover el parto natural en el agua, como dice Magüé, nuestro coordinador médico? En fin, cosas raras que una se encuentra en terreno.

Bueno y hasta aquí estas líneas. Internet mediante, mañana más.

lunes, 22 de marzo de 2010

Haití amanece

Hoy, firma invitada.

Le cedemos un espacio a Teresa, psicóloga del equipo, que desea compartir estas impresiones.

"5:00 de la mañana, todavía no clarea y los haitianos y haitianas ya se afanan en su aseo personal. Cantan miles de gallos, ladran cientos de perros y poco a poco, a medida que el sol le levanta, comienzan a llegar cánticos provenientes de una iglesia evangélica cercana, cuyo primer servicio comienza a las 7 y dura hasta las 10:30. Las vecinas también cantan, muy bien por cierto, mientras trajinan en el jardín.

La vida comienza temprano en Haití.

Hoy es domingo y por delante de la puerta de la casa de Médicos del Mundo pasa la gente con ropa de domingo, de un blanco radiante. Van al servicio religioso o a misa. La actividad principal del sábado o del domingo, dependiendo del culto, es participar en un acto religioso, porque la población haitiana es creyente, muy creyente.

La noche anterior también se escuchaba música. Haití es mayoritariamente joven y los viernes y sábados por la noche la gente se reúne para bailar compa, el ritmo preferido, una música que recuerda a la salsa, a la cumbia, a la guaracha, pero que no es ninguna de ellas, y siempre más suave, como las personas aquí. En las calles se ven parejas jóvenes, adolescentes, en medio de un revoloteo de sonrisas, miradas y deseos. La vida, con toda su fuerza.

Ayer pasamos por el hospital para acompañar a una compañera médica. Un muchacho de no más de 13 años salía acompañado de un joven, apoyado en sus muletas; un pie amputado. Duele pensar en ese chico, para el que las dos actividades favoritas de los chavales haitianos estarán vedadas: el fútbol y el baile.

Otro compañero nos pide que hablemos con un chico que le acompaña. Dice que está mal y que le vendría bien hablar con alguno de lo psicólogos. Le pido que nos enseñe el pueblo, y mientras nos va diciendo qué era cada edificio derruido, sin prisa pero sin pausa, y con mucho tacto, le pregunto. Su hermano, un año menor que él, 16 años, ha muerto mientras estaba en clase de piano. Era el músico de la familia. Dice que su madre no sale de casa y llora continuamente. Él tiene dificultad para respirar. Otro de sus amigos también ha perdido a un hermano, pero entre ellos no hablan de lo sucedido ni del dolor que sienten. Por pudor o por respeto. O porque la gente de este país se traga el dolor desde que, hace siglos, fue arrancada brutalmente de sus lugares de origen en los territorios del África occidental para ser esclavizada y explotada en las grandes plantaciones coloniales.

Le explico que lo que le sucede es normal, que no está enfermo, que está sufriendo y que le convendría expresar el dolor. En un cruce de calles, mientras algunas personas que pasan nos miran con curiosidad, estrechamos nuestras manos en silencio".

jueves, 18 de marzo de 2010

Mapa de los sonidos de Haití

Para los haitianos y haitianas, la casa fue la primera de una larga lista de pérdidas. A ella le siguieron familiares y seres queridos, autonomía e independencia, en muchos otros casos... Me resulta difícil imaginar la reconstrucción de un país en el que el caos es lo normal y el desastre lo convierte en un escenario catastrófico, de magnitud inconmensurable.

Un gran reto en esta fase de nuestro trabajo supone el hacer participe a las autoridades sanitarias locales, compartir la toma de decisiones, pues debemos hacer que ocupen su lugar, y no hablamos de espacio físico. Hemos comentado varias veces que partíamos de la base de un sistema de salud débil, ya previo al terremoto, así que la tarea no será sencilla.

Parece que hubiese estado fuera de aquí mucho más de los 10 días que he estado. La banda sonora de la bienvenida corre a cargo de “los motores” (de helicópteros, coches, motos y generadores eléctricos) y el volver a dormir en mi caseta verde con mi saco, debajo de los árboles de atrás, es casi como el reencuentro con mi espacio personal dentro de esta vorágine. En él leo un rato o escucho música antes de dormir y me despierto con la salida del sol, amenizada por los gallos y los cánticos religiosos de las vecinas. Sí, además de alturas esto va de sonidos. Otro muy peculiar es la mezcla de lenguas y acentos en los lugares de trabajo de las ONG, inglés, francés, castellano, creole...

De camino a Petit Goave comentaba con Magalie Vairetto, mi compañera logista, cuánto le llaman la atención las frases de las coloridas guaguas, pura filosofía muchas veces. “Debes pasar por el pasillo del fracaso para llegar al salón del éxito”

Ayer, después de varias horas de amenaza de truenos y relámpagos, empezó a llover y lo hizo con mucha intensidad hasta bien entrada la noche, lo cual ha tenido sus consecuencias para todas las personas que viven en la calle y en regiones como Les Cayes ha habido corrimientos de tierra.

El regreso me hace recordar el videoclip Lovers in Japan, de Coldplay, cuando se ven a sí mismos en una tele, cuya imagen a su vez se ve proyectada en otra.... Es frecuente escuchar a cooperantes que dicen “en mi vida normal esto, en mi vida normal lo otro...”. Es como si al venir a terreno atravesásemos un telón y entrásemos en otra esfera que nada que tiene que ver con la nuestra. No hablo de metafísica ni de viajes astrales ayudados por el avión de Iberia ;) si no de la sensación permanente de estar en un mundo y una vida completamente distintos. Otro escenario, otro color, otro rol, pero la reflexión continua a la que nos arroja esta creciente e injusta desigualdad.

martes, 16 de marzo de 2010

Primer nacimiento

Ya inauguramos la maternidad. Ayer por la tarde tuvimos el primer parto. Nació una niña, que para nosotros representa el nacimiento del servicio también, así que el cortar su cordón umbilical ha sido como cortar la típica cinta de inauguración de edificios.

El subidón nos duró poco, pues 10 minutos después estábamos atendiendo a un chico de 20 años que llegó en parada respiratoria y al que no logramos reanimar... Luego otros tres chicos, de una pelea y un accidente de moto....

Hospital de Petit Goâve,
destruido por el seismo,
cuya Maternidad estamos
poniendo en marcha.
FOTO: Magalie Vairetto.

Con la compañera Ruth,
en la Maternidad.

FOTO: Magalie Vairetto.


Estuve en el buque de la marina española, porque acompañé a un compañero que anoche se cayó y se lesionó el hombro. Queríamos que le viese el traumatólogo y le hiciese una radiografía para quedarnos tranquilos.

A la vuelta hablaba con uno de ellos y me dio por comparar la visión de la situación entre un militar y un humanitario, como dirían los manuales que estudiamos en los máster de cooperació y ayuda humanitaria.

jueves, 11 de marzo de 2010

Ruidos, mosquitos... y un gran equipo

Dormir se está convirtiendo en un reto más del día... bueno, de la noche. De madrugada comienzan los paliques del líder religioso de aquí al lado, que empiezan por ser palabras que se introducen en tus sueños, pero que acaban por violentarte y sacarte de la tienda antes de lo que quisieras, pues va aumentando de tono y volumen hasta llegar a convertirse en gritos repetidos a modo de éxtasis. Todo esto, acompañado del gallo desorientado del vecino, que te sorprende con su kikirikí a cualquier hora del día o la noche. Seba dice que si tuviera que dibujarlo lo representaría como a un gallo borracho y deambulante ;). Joseph, una de las enfermeras del equipo local que también duerme en una tienda aquí atrás, dice que todos los gallos de Haití son así (¿?).

Un gallo haitiano.
Foto: Magalie Vairetto, MdM.


Ella también nos sorprende con sus cantos continuamente. Le encantan las canciones de corte religioso y también otras dulces tipo Mariah Carey o Celine Dion. Esta semana pasa todo su tiempo libre estudiando, porque se examina del carné de conducir y me llamaba la atención verla con el típico tema de las señales ¡Pero si aquí no hay ni una!

El domingo de camino a Gressier, donde pasamos unas horas de descanso con los compañeros de MdM Francia, hablábamos de cuántos hermanos tenemos y cuántos hijos queríamos tener y desde luego... parecía que estábamos en roles equivocados: ella es hija única y en mi casa somos 7.

Ahora mismo son las 22h y acabo de terminar la jornada. Aquí estoy en el espacio que acondicionamos como oficina-farmacia, compartiendo mesa con Seba, que estuvo en la radio hablando con motivo del 8 de marzo. Fue con Judette, nuestra médica, que es una gran persona y una gran profesional. Estamos tratando de aportarle conocimientos y experiencias, pues vemos que tiene mucho potencial.

También están Magüé, Ruth y Miguel, de vuelta, enrolados en sus tareas. Es increíble esto de trabajar en terreno. A pesar de que llevo unos 5 años en esto, el no separar trabajo de convivencia y espacio personal siempre sorprende cuando te paras a pensarlo. Cierto es que los sanitarios y sanitarias estamos acostumbrados a pasar muchas horas juntos por aquello de las guardias, pero esto traspasa las fronteras. Aquí estamos escuchando la música que uno pone, tomando lo que otro trajo de beber, compartiendo un poco de repelente, pues desde que hemos puesto unos fluorescentes para mejorar la iluminación de la sala, los mosquitos hacen su agosto...

En un rato, a dormir y hasta por la mañana, que desayunamos casi que por tandas, según nos vamos despertando, y arrancamos el día.

A veces pienso que soy muy afortunada, pues no tuve conflictos con todas las personas con las que trabajé en este tiempo y a todos recuerdo con cariño ¡y han sido un montón!

miércoles, 10 de marzo de 2010

De regreso

Vuelvo a Haití, como coordinadora médica del equipo de Médicos del Mundo que planifica ya proyectos a medio plazo para que el país vaya recuperándose.

Mi puesto estará a caballo entre Puerto Príncipe y Petit Goave. Antes de partir hacia el país caribeño, dónde ya estuve en las primeras cuatro semanas tras el seísmo, me hicieron está entrevista en la que repasamos las perspectivas de la intervención para los próximos meses y recordamos la situación en la primera fase de la emergencia.



Más vídeos de Médicos del Mundo en nuestro canal de Youtube.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Hasta luego, Haití

Cuando leáis estas líneas ya estaré camino de Santo Domingo, en un vuelo de Naciones Unidas para regresar a España tras cuatro semanas en Haití.

Los últimos días, el acceso a Internet no ha sido muy regular en la zona en la que estamos trabajando ahora. Desde hace unos diez días los equipos de Médicos del Mundo España apoyamos los servicios de atención primaria y dispensarios de Petit Goave.

Antes de contaros lo que estamos haciendo aquí, me gustaría hacer un breve balance de lo que hemos hecho en Puerto Príncipe, donde siguen trabajando los compañeros de Médicos del Mundo Francia, Canadá y Grecia.

Tenemos que entender que la situación en la capital para todas las personas que han perdido sus hogares sigue siendo muy difícil. Miles continúan viviendo en campamentos de personas desplazadas y sus necesidades básicas no se cubren

La coordinación entre actores y agencias es uno de los retos de la emergencia, dada la gran cantidad de organizaciones presentes en la zona. En el clúster de salud hay presentes al menos 150 organizaciones. El sistema de clusters fue implantado por Naciones Unidas en 2005 como forma de coordinación en emergencias y se organiza por sectores (salud, educación, etc…). Intenta ordenar la intervención, pero aún así, no está siendo fácil.

La foto que dejamos atrás en Puerto Príncipe nos revela que la crisis era ya grave antes del terremoto y que éste ha venido a agravarla. Una población que ya vivía al día ha perdido sus recursos y sus medios de vida. Aún así, su fortaleza y paciencia resultan increíbles.

He estado casi tres semanas en la ciudad y no he presenciado ningún problema de seguridad. Con la situación que se vive, es encomiable que se mantenga la calma. Y hemos visitado muchísimos campamentos y en todos ellos nos han recibido de forma muy acogedora. Calculamos que los tres equipos de Médicos del Mundo habremos realizado unas 9.000 consultas y seguimientos en los suburbios de Carrefour Feuilles, Sans fil, Bernard Meuse, Canapé Vert, Delmas 33 y Cité Georges.

La mayoría de los problemas de salud que hemos detectado tenían que ver con condiciones de vida anteriores al seísmo y a la situación de los campamentos. Muchas personas acusan la falta de refugio, el hacinamiento, una higiene muy deficiente y las dificultades para acceder a agua potable.

Cuando concluí mi labor de apoyo a los compañeros franceses, me incorporé a la misión que Médicos del Mundo España había enviado a Petit Goave. Este distrito se encuentra unos 70 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe y en la ciudad viven unos 12.000 habitantes.

En la zona estamos facilitando apoyo a los dispensarios rurales y hemos evaluado la situación del hospital para volver a ponerlo en marcha. Para lo primero, estamos visitando los dispensarios situados en las zonas más remotas, ya que se trata de un área montañosa cuyo sistema de salud ya era muy precario antes del terremoto. Además, el seísmo y su impacto en las ciudades han dejado a otras áreas sin recursos sanitarios. Tenemos previsto también poner en marcha un programa de salud materno infantil y salud sexual reproductiva en el área.

Ahora regreso a España, pero tengo previsto volver en unas semanas para formar parte del proyecto que Médicos del Mundo, ya en una segunda fase, que se centrará en la reconstrucción de un sistema de salud con graves carencias antes de la catástrofe.

No es fácil resumir las sensaciones producidas tras cuatro semanas en Haití. Si tuviera que destacar algo sería, como ya he dicho, la fortaleza del pueblo haitiano ante la adversidad. Y la imagen que condensa mejor lo que ha pasado en el país caribeño la reprodujo El País el pasado 5 de febrero:

Desnudo en Haití
Cristóbal Manuel / El País | 05-02-2010

El hombre desnudo que camina por calles en medio de la devastación producida por el terremoto refleja la vulnerabilidad de todo un país ante la catástrofe, y así coincidimos con Philippe Cottin, fotógrafo voluntario de Médicos del Mundo Francia.

Desde este blog, me gustaría dar las gracias a quienes habéis estado siguiéndolo día tras día y, por supuesto, a todas las personas que nos apoyáis y nos permitís llegar a las personas más vulnerables, no sólo en catástrofes como Haití, también a las que ven vulnerados su derecho a salud y que no siempre viven tan lejos. Muchas veces están en la calle de al lado.

domingo, 31 de enero de 2010

Nuevos problemas de salud: infecciones respiratorias, diarreas y enfermedades de la piel

Hoy no salimos a hacer atención a los barrios pues, después de 12 días seguidos, mañana y tarde, era necesario un descanso, especialmente para los equipos locales.

Hemos aprovechado para poner el almacén-farmacia al día, pues habíamos recibido nuevos kits y teníamos que reaprovisionar también las mochilas, maletines y cajas con los que vamos al terreno cada día.

Además, tuve la oportunidad de visitar de nuevo el Hospital General con la intención de evaluar la situación del área de Obstetricia y Ginecología, actualmente no operativa. Como en el resto de servicios, excepto Cirugía, donde nuestros compañeros y compañeras llevan ya casi 300 operaciones, la hospitalización se lleva a cabo en grandes tiendas de campaña. Allí trabaja como puede el personal médico y de Enfermería haitiano y extranjero, bajo un calor y una humedad altos por el efecto invernadero que producen los materiales con los que están confeccionadas las tiendas. Pero al menos, a diferencia de lo que vimos el primer día, los pacientes están sobre camas, a la sombra y con algún familiar a su lado.



La Maternidad está en pie, al contrario que Pediatría y otras áreas que se vinieron abajo y cuyos escombros siguen intactos hoy en día. Hay todo un trabajo por delante para volver a ponerla en marcha, desde pequeñas obras de acondicionamiento, hasta limpieza, equipamiento y organización de equipos y tareas.

Tanto a Teresa, presidenta de Médicos del Mundo, como a mí nos ha recordado a la PMI, uno de los centros en los que trabajamos en Nuadibú, Mauritania, y cómo el esfuerzo de muchos compañeros y compañeras, coordinados por Elena Cáceres, hizo posible ver su evolución. Quisiera nombrarlos a todos y todas, pues con todos he aprendido, pero seguro que sin querer me dejo a alguien atrás y no me lo perdonaría/n.

En cualquier caso, en este momento esas personas están sonriendo al leer esto y recordar aquellos días, unas veces frustrantes, otros apasionantes, pero siempre enriquecedores ¡sobre todo cuando lo vemos ya pasado un tiempo! Creo que esa sería una buena forma de definir este tipo de experiencias, pero cierto es que ese relativizar y madurar el día a día en el terreno nos llega cuando hemos digerido los malos momentos.

Volviendo al presente… En la reunión del equipo sanitario, esta noche hemos comentado las estadísticas de atención, las cuales son muy importantes para ver cómo evoluciona la situación de la población con la que trabajamos e ir adaptando nuestras acciones hacia las nuevas necesidades. Tal como esperábamos, en las casi 1.500 consultas que hemos hecho durante esta segunda semana, los problemas de salud que hemos detectado son derivados de las condiciones de vida en los improvisados y precarios campamentos. Se trata de infecciones respiratorias, diarreas y enfermedades de la piel, que por supuesto, afectan más a niños y niñas, muchos de los cuales ya partían de un estado de salud moderado o débil. Las heridas, fracturas y demás problemas derivados del propio terremoto ya van siendo menos, pero aún siguen siendo representativas.

La próxima semana ya arrancamos los programas de atención psicosocial y vacunas, que precisan de la preparación de un equipo local amplio para poder garantizar una buena cobertura. Actualmente, nuestro radio de acción es de unas 60.000 personas, calculando 10.000 por cada campamento en el que tenemos clínica móvil: barrios de Carrefour Feuilles, Sans fil, Bernard Meuse, Canapé vert, Delmas 33 y Cité Georges.

Campamento de Carrefour Feuilles.
Foto: Sandra Rude / Médicos del Mundo.

sábado, 30 de enero de 2010

Monumento del bicentenario

Cerca del Campo de Marte, en Puerto Píncipe, actualmente sembrado de plásticos y lonas a modo de techos, se encuentra un monumento que a nadie deja indiferente, especialmente porque por mucho que lo miras, no le encuentras significado… hasta que te lo explican.


Se trata de un monumento muy alto que el presidente mandó construir en 2004, cuando se cumplían 200 años de la independencia haitiana y por cada uno de esos años, pusieron un escalón que él subió para dar un discurso desde la azotea.

Y es que este país va de alturas y de ahí su nombre, Haití, que en creole significa tierra montañosa.

viernes, 29 de enero de 2010

¿País pobre?

De camino a Delmas 33 escuchábamos la radio en el coche –Radio FM, Jamais Sans Vous– y por un momento, por la luz, el calor, el color de la ciudad, de la piel de las personas y la música, pensé que podría tratarse de una estampa africana, si no fuera por la sensación de soledad compartida que transmite la mirada de los transeúntes. Creo que en el fondo, por mucho que sepan que los demás han vivido la misma situación, para cada cual han debido ser tan particulares el miedo y las pérdidas que jamás lograrán que nadie les entienda.

La incertidumbre, ya de por si habitual para muchas personas de los países del Sur, ese no saber si vas a comer al final del día o si podrás hacerlo mañana, se me antoja aún más angustiante. Nosotros y nosotras, al contrario, nos pasamos el día planificando, poniéndonos metas, pues nuestras condiciones de vida nos lo permiten y además, hemos crecido pensando qué es lo que debemos hacer. Eso de los calendarios y los planes siempre me hace recordar una frase que me dijeron cuando llevaba menos de un mes en Mauritana: “Ustedes los toubabs –blancos– tienen el reloj, pero nosotros los africanos tenemos el tiempo”.

La actual situación de dependencia y vulnerabilidad sin fin –nunca se sabe si la tierra va a volver a temblar– debe estar golpeando duro en los ánimos. Por lo que he tenido la oportunidad de palpar, se trata de un pueblo fuerte, unido, muy digno, al que no le gusta depender de nadie y mucho menos que les definan como un país pobre. Me lo dejaron claro los estudiantes de medicina, cuando una de estas tardes me preguntaron cómo era Senegal, pues su presidente, Abdoulaye Wade, ha ofrecido tierra para que haitianos y haitianas fueran a vivir en ellas. Yo empecé diciéndoles que también era un país pobre ¡Mal! Enseguida contestaron: “Nosotros no somos pobres”. Traté de rectificar diciendo “bueno, quiero decir que no tienen una economía muy fuerte”, pero creo que no coló.

Es curioso cómo vamos cambiando la nomenclatura: países subdesarrollados, en vías de desarrollo, pobres, del Sur, empobrecidos, y hoy en día PMA: países menos adelantados”. Le pongamos el nombre que le pongamos, en cualquier caso se trata de una injustísima y creciente desigualdad. Nos creemos con tantos derechos los del norte que, una vez más y aún en esta catastrófica situación, hay quien se permite faltar al respeto a estas personas.

Escapar

Debe ser horrible sentir cómo tu tierra amada se convierte en un infierno del que quieres escapar a toda prisa. Cada día, al pasar por la oficina de Inmigración, vemos, como no, una enorme cola de gente esperando para hacer trámites que les permitan salir del país.

Otros, según me contaba Nicolás Castellano, de la Cadena SER, el día de la entrevista, van hacia el puerto, en Jeremi, donde intentan acceder a un cayuco o un barco que les lleve hacia otro punto del país, República Dominicana o, mejor aún, a hacer real el sueño americano.

Sin embargo, hace días me contaban que bajo ningún concepto quisieran convertirse en una especie de colonia americana, que esta es su tierra y saldrán adelante. De hecho, a las puertas del Hospital General, fuertemente custodiado por jóvenes soldados estadounidenses, rumorean que se negarán a aprender inglés, como ya lo hicieran sus abuelos en épocas pasadas.

jueves, 28 de enero de 2010

Cuánta fortaleza

Ya tengo una tienda de campaña, aunque con la cama tipo militar y el saco dormía muy bien viendo las estrellas.

Hoy me ha tocado algo así como descanso activo, pues no he ido a los barrios con la clínica móvil, si no que he estado apoyando a la coordinadora sanitaria, yendo a supervisar el trabajo en algunos puntos de atención sanitaria ya fijos, en tiendas y con personal haitiano, además de ir a entregar medicamentos y materiales.

Luego estuve diseñando unos materiales para facilitar la puesta en marcha de ese tipo de puestos de salud para en los próximos días formar al personal local que trabajará en ellos.

Otra actividad diaria es la puesta al día de las mochilas y maletines que llevamos: las ordenamos, reponemos el material utilizado y envasamos los medicamentos. Estos vienen en botes de 500 o 1.000 comprimidos, los cuales generalmente venden fundaciones o empresas socialmente comprometidas a un bajo coste, pero sin que ello suponga una menor calidad.

Los separamos en pequeñas bolsas en la cantidad que se precisará para un tratamiento completo y con pictiogramas que facilitan su toma a cualquier persona, independientemente de su idioma o nivel de alfabetizacion. Esto facilita mucho la tarea en la clínica móvil y es una forma más correcta de manipular los medicamentos, pues en los propios barrios se hace dificil respetando las normas de higiene y conservación.

Me siguen llamando la atención algunas colinas en las que las pequeñas casas de una planta parecen haberse borrado al azar, como si hubiesen pasado una goma sobre una lámina dibujada.


Al haberse roto tuberías, se ve cómo fluye el agua calle abajo. En distintos puntos las mujeres aprovechan para lavar la ropa, los niños y niñas para jugar y todos para bañarse.

El ingenio, ya de por sí habitual en lugares como éste, se ve agudizado en los campamentos. La gente aprovecha cualquier cosa para hacerse un hueco en el que vivir, los niños y niñas para hacerse juguetes: una botella acostada a la que le unen unos tapones con alambre a modo de rueda y una cuerda para tirar de ella como si fuera un coche, un aro metálico que empujan con un palo…

En cada esquina vemos puestos –una tabla y algo sobre lo que sentarse– de venta de fruta y verdura, de caña de azúcar, de zapatos… Alguien que trata de obtener materiales de las casas derrumbadas para poder hacerse una chabola, otros que van y vienen con cubos de agua, muchos que hacen cola para obtener alimentos en los puntos de distribución de las organizaciones humanitarias.

Me sigue pareciendo increíble la fortaleza de estas personas, incluso en el contexto de nuestro trabajo ¡Cómo soportan tanto dolor! Vienen con heridas y fracturas que tumbarían a cualquiera, pero ellos y ellas llegan por su propio pie.

miércoles, 27 de enero de 2010

La vida sigue

La vida sigue en Haití para muchas personas a pesar de haber perdido a familiares y amistades. Desde luego, la gente haitina es muy fuertes y continua como puede; son verdaderos supervivientes.

Pese a que la imagen de destrucción se ha vuelto la estampa cotidiana de la ciudad, resulta difícil imaginar qué estaría sucediendo en el momento del terremoto. Vemos casas sin fachada y todo dispuesto: mesa con sillas alrededor, dormitorios, bancas en los colegios...

Campamento de personas desplazadas,
en Bernard Meuse, montado en el garage
de un concesionario de vehículos.



Colas de distribucion de agua y comida.


Juguetes que asoman desde
una vivienda con la fachada derruida.

lunes, 25 de enero de 2010

Entrevista en la Cadena Ser

Incluyo hoy la entrevista que el pasado viernes nos hizo en directo el gran Nico Castellano, de la Cadena Ser, para el programa La Ventana, a Óscar Serrano, de Acción contra el Hambre, y a mi.


Haz clic en el botón de reproducción para escuchar la entrevista:




domingo, 24 de enero de 2010

Algunas fotos

Todo sigue bien por aqui.

Ayer vimos a 270 pacientes en Sans fil y Canapé Vert, así que terminamos bastante cansados porque éramos sólo cinco personas. Tuvimos el apoyo de una compañera matrona que trabajaba aquí en un proyecto de cooperación, así que pudo ver a las embarazadas.

Ya hoy parece que contaremos con una caseta a modo de tienda de campaña, pues para los problemas de salud que va presentando la gente, es necesario. Esto nos permitirá poder hacer exploraciones en mejores condiciones.

Aprovecho, hoy que parece posible, para subir unas fotos.

El equipo antes de volver a separarse...
Visiblemente menos limpitos que
cuando montamos en el avión el primer día, ¿eh?



Echando un cable con pacientes en el postoperatorio,
en el hospital general de Puerto Príncipe
en el que opera Médicos del Mundo.



Campamentos montados por la poblacion
que se ha quedado sin casa;
hay decenas por toda la ciudad.


La orografia de la ciudad,
que dificulta el acceso a toda la población.

sábado, 23 de enero de 2010

Reencuentros con pacientes

Perdonad que no escriba más, pero es que somos más de 20 y estamos en esta casa-campamento todos, a las mismas horas.

Dormimos en esas camillas tipo militar, con saco de dormir encima, debajo de unos arboles que hay en el jardín que rodea esta casa que alguien cedió amablemente y que además tiene una ducha: el lujo del día, junto con el plato de arroz con lo que sea, que después de pasar el día entre barritas de cereales y agua, ¡sabe a gloria! En cualquier caso, lo cierto es que pensé que sería mucho peor.

Hoy estuvimos por segunda vez en Carrefour Feuille y fue genial reencontar a algunos pacientes a los que habiamos visto hace dos días, especialmente a los peques. Hay uno que debe tener 2 ó 3 añitos, que se acercó cuando estaba haciendo una cura a su madre. Primero en plan timidillo, pero sonriendo, y ya luego se me tiró encima para que lo cogiese en brazos.

También está Sendy, de unos 8 años, a la que habíamos practicado unas curas y que se pasa el tiempo repitiendo las tablas de multiplicar; el otro día le había preguntado en qué curso estaba, y quiso despejar toda duda posible mostrando sus conocimientos.

Al final, cuando cargabamos el material en el coche, llegó Fadima, auxliar de Enfermería y maestra, que nos contó que está deseando que vuelvan a abrir alguna escuela porque le encanta enseñar.

Foto: Sandra Rude / Médicos del Mundo.

Por la tarde, estuvimos solamente Philipe, Christine y yo, porque dimos descanso a los estudiantes de Médicina y al personal médico y de Enfermería haitianos. Fuimos a otro campamento de Canapé Vert y, en un espacio chiquito que la gente barrió, montamos la consulta con unas sillas que nos trajeron.

Hoy vimos a unos 150 pacientes por curas de heridas derivadas de la caída de bloques, de la huida de los espacios en los que estaban en el momento del temblor, fracturas, alguna diarrea, infecciones respiratorias... y lo más asombroso, ¡dos casos de acné!

Un abrazo y gracias por la respuesta a las acciones de recogida de fondos que están haciendo allá.

viernes, 22 de enero de 2010

Atención primaria

Me alegra saber que estamos todos los equipos activos. Despues de esos 4/5 primeros dias rodando, ya nos hacia falta.

En cualquier caso, pensamos que podemos montar mas clínicas móviles y viendo lo que vimos ayer, creo que es necesario, porque los tres equipos que estamos trabajando no cubrimos todo, más aún teniendo en cuenta que la mayor parte de las intervenciones son curas de heridas profundas y sucias, que precisan intervención cada 48h. y dar seguimiento al proceso de cicatrizacion. No basta con ir a un campamento y volver en una semana, si no establecer un palnificación de barrios y días de trabajo.

Creo que en el equipo español teniamos claro desde el principio que nuestro rol seria la atencion primaria. El momento quirurgico tocará su fin en 8 días, aproximadamente. Y esto de las curas tiene mucho sentido, precisamente para evitar mas amputaciones, que no están siendo pocas.

Foto: Sandra Rude / Médicos del Mundo.

Además, van apareciendo problemas de salud derivados de las condiciones de vida, y muchos casos de enfermedades crónicas están sin tratamiento, como diabetes e hipertensión. Las epidemias no son descartables, viendo cómo está la ciudad y cómo están en los campamentos: sin letrinas, sin fácil acceso al agua, sin techo, más que un plástico entre árboles para evitar el sol. Y los alimentos, aún no distribuidos en todas partes.

Por otro lado, la parte psicológica sería otro punto a trabajar. La gente está muy afectada, y eso se puede palpar, casi. Sólo con hablar unos minutos, prestar atencion... ya muestran agradecimiento.

En niños y niñas es más evidente, se les ve pegados a un adulto, buscando proteccion, seguridad... Han debido pasar un miedo horrible, y cierto es que cada que vez que se siente un pequeño movimiento, lo cual es frecuente (yo he notado 3 en este poco tiempo), vuelven a revivirlo y el pánico se hace con todos y todas. Ayer, en el primer barrio fue bastante evidente; todo el mundo gritaba y corría sin saber hacia donde.

jueves, 21 de enero de 2010

80 personas atendidas

Ya me he incorporado al equipo francés, estoy alojada con ellos. Se prevé que otros dos compañeros se incorporen a los equipos de MdM Canadá.

Hoy estuvimos trabajando los tres sanitarios expatriados con tres estudiantes de Medicina y médicos haitianos. Atendimos algo más de 80 personas, durante tres horas, en un barrio llamado Carrefour Feuille, en una especie de patio al que llegamos caminando a través de escombros.

Antes habíamos estado reponiendo el stock y viendo el material que ha llegado, en un dispensario que ya trabajaba con nuestros proyectos antes de la emergencia. Por la tarde estuvimos colina arriba, evaluando la situación en Canapé Vert y pasamos por Pacot.

El equipo español desplegado en Jacmel informa que han advertido dos nuevas réplicas, ligeras y sin mayores consecuencias. Han celebrado una larga reunión de coordinación, en la cual ha estado presente una mini-comisión de salud.

Impera la confusión, sobre todo porque no hay ni un censo de personas damnificadas ni datos sobre los campos de personas desplazadas por la catástrofe.

Foto: Sandra Rude / Médicos del Mundo.

Médicos del Mundo se hará cargo de la atención médica de un campamento que acoge entre 1.500 y 3000 personas. MSF se encargará del tema de saneamiento y el Programa Mundial de Alimentos, de la alimentación, a través de ONG locales.

El combustible sigue siendo un problema y no se ha restablecido la red eléctrica mientras parece que poco a poco se va solucionando la comunicación de la red de telefonía móvil. Posiblemente la comunicación aquí será difícil; la red local funciona mal y, hasta ahora no he podido llamar o recibir llamadas. Con España espero estar comunicada vía sms o correo electrónico.

Mañana creo que trabajaremos en dos equipos, en Sans Fils y Canapé Vert. A partir del sábado regresan los expatriados de Médicos del Mundo Francia que estaban aquí cuando el terremoto.

En mi poco experta opinión, pero poniéndole sentido común, creo que hay trabajo, desde el punto de vista servicio de salud, para mucho tiempo y para mucha gente, hasta que se normalice la situación.

miércoles, 20 de enero de 2010

Nuevo temblor de tierra

Pocas horas después de que nuestros compañeros llegarán a Jacmel, se sintió, sobre todo en esta población, un nuevo temblor de tierra. Hemos hablado con ellos y a pesar del susto (el seísmo se sintió “generosamente”, han dicho), se encuentran bien (al igual que el resto de cooperantes de los equipos de Médicos del Mundo, aunque falta información sobre algunos trabajadores locales).

Han podido visitar el hospital, donde actúa MSF. Unas cuantas personas heridas, cierta estructura operativa, si bien dañada, y fracturas y amputaciones como escenario.

Han estado viendo después uno de los tres campos para personas desplazadas que se han montado: unas 3.000 personas en un sitio en la ciudad. La situación bastante tranquila. Alguna fractura, heridas pero por lo general, patologías respiratorias, nada epidémico. La situación de abastecimiento sería buena ya que AECID y PAM (también Plan) hicieron llegar toneladas de material (comida y también mucho material médico).

En el campo hay 4 médicos pero su misión termina en una semana. Stella dijo que si tenemos un psicólogo que habla creol, de enviarlo ya. Les queda por evaluar otro campo y las áreas un poco más alejadas de la ciudad. Han podido encontrar las autoridades sanitarias locales y al parecer muy buena coordinación.

Nosotros tardamos cerca de 4 hora desde Jimani a Puerto Príncipe, es lo que tarda un convoy escoltado por militares. Nos hemos encontrado con parte del equipo francés, en el hospital general. Con la llegada de los efectivos militares estadounidenses se ha puesto en marcha nuevamente la red de telefonía móvil.

Esta noche vamos a tener una primera reunión de coordinación para ver de que manera se puede organizar la integración en el operativo francés.

martes, 19 de enero de 2010

Hacia Jacmel y Puerto Príncipe

Tres componentes de nuestro equipo (un médico, una enfermera y un logista) han salido a las 12 horas (hora local) por mar desde Pedernales (República Dominicana) hasta Jacmel (Haití), que sigue incomunicada por carretera.

El viaje está organizado por la Marina Dominicana y está coordinada con la AECID. MdM España hará una valoración de la situación en Jacmel y en función de la cual decidirá la estrategia de intervención.


Según información facilitada por la AECID la situación en Jacmel sería la siguiente:

- La población es de aproximadamente 40.000 habitantes.
- El 75% de las edificaciones han sido destruidas.
- Hay por lo menos tres campamentos improvisados para acoger a personas desplazadas.
- Otras poblaciones cercanas a Jacmel también se han visto muy afectadas.
- No hay acceso por tierra o por aire.
- No parece haber problemas de seguridad.
- Puede haber desplazamientos de personas desde otras regiones.

El resto del equipo presente en la isla (otro médico, enfermera y logista) se unirá a los equipos de MdM Francia y Canadá en Puerto Príncipe para coordinar la acción de respuesta con los demás operativos y así reforzar nuestra capacidad de respuesta en la capital.

Continúan las labores de rescate entre los escombros con la esperanza de encontrar supervivientes. Se sigue sin poder hacer un cálculo fiable de los daños materiales y pérdidas humanas ocasionadas por el seísmo. Como era de esperar, se registran muchas personas heridas y un número importante de amputaciones.

El aprovisionamiento de luz y agua así como la distribución de género de primera necesidad, siguen desafiando las labores de los actores humanitarios, que trabajan en condiciones muy precarias.