jueves, 11 de marzo de 2010

Ruidos, mosquitos... y un gran equipo

Dormir se está convirtiendo en un reto más del día... bueno, de la noche. De madrugada comienzan los paliques del líder religioso de aquí al lado, que empiezan por ser palabras que se introducen en tus sueños, pero que acaban por violentarte y sacarte de la tienda antes de lo que quisieras, pues va aumentando de tono y volumen hasta llegar a convertirse en gritos repetidos a modo de éxtasis. Todo esto, acompañado del gallo desorientado del vecino, que te sorprende con su kikirikí a cualquier hora del día o la noche. Seba dice que si tuviera que dibujarlo lo representaría como a un gallo borracho y deambulante ;). Joseph, una de las enfermeras del equipo local que también duerme en una tienda aquí atrás, dice que todos los gallos de Haití son así (¿?).

Un gallo haitiano.
Foto: Magalie Vairetto, MdM.


Ella también nos sorprende con sus cantos continuamente. Le encantan las canciones de corte religioso y también otras dulces tipo Mariah Carey o Celine Dion. Esta semana pasa todo su tiempo libre estudiando, porque se examina del carné de conducir y me llamaba la atención verla con el típico tema de las señales ¡Pero si aquí no hay ni una!

El domingo de camino a Gressier, donde pasamos unas horas de descanso con los compañeros de MdM Francia, hablábamos de cuántos hermanos tenemos y cuántos hijos queríamos tener y desde luego... parecía que estábamos en roles equivocados: ella es hija única y en mi casa somos 7.

Ahora mismo son las 22h y acabo de terminar la jornada. Aquí estoy en el espacio que acondicionamos como oficina-farmacia, compartiendo mesa con Seba, que estuvo en la radio hablando con motivo del 8 de marzo. Fue con Judette, nuestra médica, que es una gran persona y una gran profesional. Estamos tratando de aportarle conocimientos y experiencias, pues vemos que tiene mucho potencial.

También están Magüé, Ruth y Miguel, de vuelta, enrolados en sus tareas. Es increíble esto de trabajar en terreno. A pesar de que llevo unos 5 años en esto, el no separar trabajo de convivencia y espacio personal siempre sorprende cuando te paras a pensarlo. Cierto es que los sanitarios y sanitarias estamos acostumbrados a pasar muchas horas juntos por aquello de las guardias, pero esto traspasa las fronteras. Aquí estamos escuchando la música que uno pone, tomando lo que otro trajo de beber, compartiendo un poco de repelente, pues desde que hemos puesto unos fluorescentes para mejorar la iluminación de la sala, los mosquitos hacen su agosto...

En un rato, a dormir y hasta por la mañana, que desayunamos casi que por tandas, según nos vamos despertando, y arrancamos el día.

A veces pienso que soy muy afortunada, pues no tuve conflictos con todas las personas con las que trabajé en este tiempo y a todos recuerdo con cariño ¡y han sido un montón!

1 comentario:

  1. Ha sido escalofriante para mí leer sobre vuestro trabajo, como socia colaboradora de ´Médicos del mundo y miembro activa de una pequeña ONG de mi región, he sentido deseos de llorarle a mi presidente que me envie a Haití, pero este año toca Perú, en el cual desgraciadamente, como en tantos otros sitios es necesaria también nuestra ayuda. Quiero que sintais desde el corazón de la mancha, nuestro apoyo, y que espero que las acciones que se están llevando a cabo, por parte de miles de estamentos y ciudadanos anónimos, para recoger fondos, consiga al menos en parte, mejorar vuestro dia a dia y como no, el de los Haitianos en un futuro no muy lejano. Y sobre todo MUCHAS GRACIAS por vuestra labor!!!
    Prado (Ciuda Real) España

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